
La acción es un camino a la buena autoestima, toda la buena energía va en esa dirección.
La autoestima no se construye con pensamientos positivos al azar ni con frases bonitas pegadas en la pared. Se forja en el movimiento, en cada decisión que tomamos a favor de lo que queremos ser. La acción es el puente entre lo que creemos de nosotros y lo que demostramos al mundo. Cada paso, por pequeño que sea, nos confirma que somos capaces. Y en esa confirmación constante, es donde florece una autoestima real, sólida, merecida. Porque no hay mayor impulso a la confianza que vernos actuar con determinación.